Hay pecados que fortalecen nuestras redes cerebrales

21.11.2012 16:16

Pruebe a frotar verticalmente su barriga con la mano izquierda mientras tamborilea sobre su testa con la derecha (video goo.gl/FMZb0). Puede hacerlo facilmente? Pruebe ahora invirtiendo los tipos de movimiento sin cambiar la posición indicada de las manos sobre su cuerpo. Todavía puede? Excelente! Alguno de los dos ejercicios le resultó difícil? No? Pues si le atráen los retos, intente ahora silbar su melodía favorita mientras lo ejecuta. Quizás la experiencia pueda ayudarle a captar el concepto de antagonismo entre redes neurales. Son redes cuya estructura funcional se sobrepone, resultando conflictiva su activación simultánea.

Un caso menos trivial es el confrontado por el aprendiz de pianista al intentar movilizar de manera independiente sus manos para tocar simultáneamente las distintas secuencias que suelen conformar cualquier pasaje de música polifónica. Por fortuna, con disciplina y tesón  el jóven prospecto puede alcanzar la plena independencia de sus manos y dedos. Lograrlo puede requerir ejercitarse por varias horas diarias durante años, y el fenómeno biológico que lo posibilita es la plasticidad neural que caracteriza al sistema nervioso. El cerebro funciona mediante la activación ondular de redes neurales, cada una conformada con muchísimas células nerviosas interconectantes.

Gracias a la bioingeniería hoy pueden filmarse micro-redes neurales in-vitro cuyo entramado fluoresce vívidamente con cada ciclo de activación, ofreciéndonos una aproximación visual al funcionamiento de la infinitud de redes neurales que suelen activarse en cada efímero instante con la orquestada participación de millones de células nerviosas, cada una conectada sinápticamente con miles de sus compañeras.

Aunque cada neurona de nuestro cerebro cumple funciones especiales de acuerdo a tipos y contextos topológicos, ella puede integrarse (individualmente o en grupos) a una gran diversidad de redes o subredes funcionales atendiendo al momento y a la necesidad, lo que dota al sistema nervioso de una inmensa flexibilidad operativa. 

Más aún, gracias al entrenamiento, la topología y función de las redes neurales puede ser cambiada mediante eventos de naturaleza molecular. Pudiésemos llamar específicamente plasticidad a la capacidad de reacomodo estructural (neo-contacto-génico) que ocurre con relativa lentitud (mediando semanas -o más- de entrenamiento) y en cambio denominar flexibilidad neural a los reacomodos de instalación rápida mediados por cambios súbitos de la permeabilidad iónica de las membranas celulares involucradas. Dicha flexibilidad posibilita la activación (reflexológica o cognitiva) de redes virtuales alternas operadas con el mismo aparataje existente, tal como cuando se usa un ordenador. Es así como, activando atentamente esas conformaciones alternas, usted puede rápidamente aprender la pequeña acrobacia que significa realizar simultáneamente con cada mano dos movimientos distintos (sobar la barriga y percutir su cabeza) que de inicio tienden a ser realizados activando redes neurales de funcionalidad antagónica.

Hablando en general, la chispa que activa una red neural cognitiva puede ser una vivencia, cuyo registro sobrevive espontáneamente durante segundos o minutos (gracias a la facilitación glial) y luego generalmente olvidado (memoria de corto plazo). La reiteración real, imaginaria u onírica de tal flash favorece la permanencia de ese registro mnémico en diversos contextos mentales, pero no garantiza su uso creativo. Cosa distinta ocurre si nos abocamos querencialmente a interrogantes novedosas a partir de esos registros, pues entonces contribuimos a edificar nuevas capacidades neurales en el mediano o largo plazo, aprovechando la plasticidad.

La vocación por la novedad llevó a Adán al pecado, pero también le llevó a relacionarse constructivamente con lo supremo. Anotemos que la formación de un gran "performer" debe comenzar temprano en la vida, mucho antes de que su destino final pueda ser registrado. Más allá de nuestra estructura biológica al nacer, el juego, el ocio creativo y/o reparador, y un grado de sibaritismo nutricional ( pecados? ) son componentes destacados en la receta mágica para triunfar…y mas tarde también para evitarnos el Alzheimer..!  

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